Natalis de Edeta



Soy Natalis y soy de Edeta. Vivo en una casa de campo cerca de la ciudad con mis padres, Titus y Celsa, y mis hermanos, Marcus y Nasica. Soy esclava debido a mis padres, que también lo son. Ellos son esclavos porque fueron capturados en la guerra contra los Germanos y como sus nombres eran tan raros, se los cambiaron por nombres romanos, cosa no frecuente entre los esclavos.
Tengo 15 años, la piel morena de trabajar en el campo, el cabello castaño y tengo una medida normal para mi edad.
Todos los días del año tenemos mucho trabajo, nunca descansamos. La mayoría de los días nos dedicamos a realizar actividades agrícolas y cuidar de los animales. En el campo hacemos diversas actividades rurales como: sembrar, recolectar y mantener la explotación. También nos encargamos de regar, abonar y finalmente recoger la cosecha. En cuanto a los animales, les damos de comer, los sacamos a pastar, les ordeñamos, esquilamos y después vendemos la lana y la leche.





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Viaje a Valentia

Imatge
   Me levanté cuando ya había empezado la cuarta vigilia para ayudar a las cocineras a preparar el desayuno. Mi padre y mis hermanos fueron a por agua, y mi madre y yo limpiamos el triquilium , que estaba sucio del día anterior.    Cuando mi ama se levantó nos mandó a mi hermano, a mi padre y a mí al mercado a comprar sandía y sus ungüentos. Estuvimos poco tiempo en el mercado en comparación de las otras veces y luego regresamos a la domus. Cuando mi ama salió de sus baños relajantes, emprendimos el viaje a Valentia .    Durante el viaje mi ama me explicó que ella iba a ver a Lucius, que era el que le traía la retsina de Creta . Así que dicho esto, mi ama se montó en la carruca y mi ama me dejó sentarme a su lado. Íbamos a Valentia y yo estaba muy contenta porque no había ido antes.
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Cambio de ama

 Unos días después, en las calendas de Sextilis mi ama volvió a solicitarme. Como de costumbre vino Costa a recogerme para acompañarme a la casa de mis amos. Durante las tres horas nos contamos las tareas que habíamos realizado desde la última vez que nos vimos y poco más, ya que nuestra vida es solo eso: trabajar.   Como de costumbre tuve que esperar unos treinta minutos hasta que mi ama me diera permiso para entrar. Acudí a su habitación y lo que me dijo hizo que me quedase petrificada: Iban a venderme. Al ver mi cara, que se había puesto pálida, dijo que me venderían junto a mis padres y mis hermanos, ya que también los habían requerido.  -Tenéis que prepararos, acabad los trabajos de hoy, esa será la última tarea que realicéis bajo mis ordenes. Mañana al amanecer os recogerá Caius Aemilius junto a su acompañante para llevaros al teatro romano dónde conoceréis a vuestra nueva ama, Aurelia Maximina. - Dijo mi ama. Durante el trayecto le conté a Costa lo que había pasado. Durante
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